NUESTRA SEDE - Primer Consejo Directivo - Fausto Falchi (cuarto iniciandopor la izquierda)
Asociación italiana Sardi Uniti de S.M.
Una Historia de esfuerzos, sacrificios y coraje que nace legalmente con el nombre SOCIETA ITALIANA SARDI UNITI DE BUENOS AIRES, segùn el estauto del 19 de abril del año 1936
A principio del 1900, cuando Argentina era parte del proceso institucional de repoblación, se aplico una seria de medidas migratorios a favor de los ciudadanos europeos que quisieran habitar el suelo Argentino.
Fue así como el éxodo masivo vía mar, dio a la Nación el mayor crecimiento demográfico, jamás registrados en sus estadísticas.
Ciudadanos de todo el mundo llegaban a estas costas río platense para hacer la América como el gran sueño de sus vidas,
Provenientes de una Europa devastada por guerras y pestes, encontraban en estas pampas, bastas regiones fértiles y vírgenes habidas de la mano transformadora, que dieran cuerpo a esta prospera tierra del cono del Sur.
Los barcos llegaban por día al puerto de Buenos Aires, en donde dispositivos montados por el estado, brindaban a los inmigrantes alojamiento y comida por tres días a fin de de garantizar un trampolín a la gran urbe, o al interior del País.
Los sardos no fueron la excepción a este éxodo, también tentados por retomar el camino a la dignidad dieron sus primeros pasos por el 1800, .en donde se tiene registro de los primeros paisanos censados en la entrada de migraciones del Puerto de Nuestra Señora de los Buenos Aires, paradójicamente Patrona de Cerdeña, y de su tierra promisoria respectivamente.
En su principio, los sardos no se radicaron en Buenos Aires, muchos de ellos se dirigían al interior del País, en donde la minería, y la agricultura, dos tareas a fines a su origen le posibilitaban encontrar su fuente de subsistencia más rápido.
En las provincia de Tucumán y de Salta pueblos enteros estaban plagados con apellidos sardos, los cuales denotaban el paso por esas latitudes de aquellos inmigrantes que transformaban el paisaje,
Buenos Aires no fue la excepción, lugares como, Moreno, Villa Bosch, y San Isidro, entre otras ciudades del conurbano bonaerense, como también en la Ciudad autónoma de Buenos Aires, eran puntos de interés para los sardos, quienes invitados por amigos y parientas llegaban entre el 30 y el 50 con el mismo objetivo de formara sus familias y buscar un horizonte mas promisorio.
En el año 1920, en Avellaneda, sardos anárquicos y exiliados políticos entre otros sardos, formaron el primer núcleo del asociacionismo en la Argentina, entre ellos estaban: Casula, Pileri, Masia, Marras, Scanu, Desini, Puledda y Manca.
La necesidad propia del encuentro entre amigos del mismo retoño y ese inexplicable sentimiento de pertenencia, hoy quebrado por encontrarse en una tierra extraña, y lejana, hizo que estos hombres iniciaran sus reuniones. El lugar elegido era un pequeño Bar de la ciudad de Buenos Aires, de la calle Serrano, en el cual los sardos con sus cantos y el juego de la morra alegraban a sus dueños.
El primer presidente de esta asociación sarda, todavía no constituida legalmente, fue Giovanni Manca, peluquero de profesión, que dio los primeros pasos hasta la formación de lo que es hoy la Asociación italiana Sardi Uniti de S.M.
Fueron a elecciones y se presentan dos listas: 1- Fausto Falchi, de Alghero; 2- Sr. Costa oriundo de Oristano. El Sr. Falchi viene electo Presidente, que será en realidad el primer presidente de la Asociación italiana SARDI UNITI de S.M., de Buenos Aires.
Así fue que llegado el año 1936, logran alquilar un local, en la calle Serrano al 600, casi esquina Corrientes, en la Ciudad de Buenos Aires, que con sacrificio pagaban de sus donativos, sabemos que se realizaban no solo las comidas típicas sino también actuaba como centro de ayuda y orientación para quien así lo necesiten, pasan los años y se obtiene la personería jurídica con el primer registro legal y de estado civil, constituyéndose como Asociación Italiana mutualista.
Se ve reflejado en el primer estatuto, escrito en italiano, con fecha 19 de abril del año 1936, donde claramente se ve reflejada, la solidaridad y la ayuda mutua entre los sardos de aquella época. Prácticamente habían logrado la constitución de lo que hoy sería llamada “medicina prepaga”, donde las cuotas que eran de $1 m/n mensual, alcanzaba para todas las prestaciones médicas, medicamentos, internación en el Hospital Italiano, médico a domicilio y hasta subsidio por enfermedad.
Sardi Uniti de Buenos Aires, todo un logro, teniendo en cuenta lo mucho que significaba para ellos registrar sus ideales en las entidades del estado argentino. Es también así como nace la Primera Asociación Sarda en el Mundo de la emigración y su sede nada menos que en La ciudad de Buen Aires con numero de Personería Juridica Nª 22862/ 53. y mutualidad Nro. 259, lo que le impronta el apellido de SOCORROS MUTUOS, todo un titulo que denota el objetivo real de sus fundadores.
En el año 1960 se adquieren dos terrenos en Moreno, partido del Gran Buenos Aires, que en su oportunidad sirvió como espacio de recreación para las familias los fin de semana, previo a la adquisición de este inmueble, nos cuentan en sus historias también los antiguos emigrantes, que se reunían en la costas de San Isidro para compartir asados y días de fiesta en familia. Junto a orillas del Río de la Plata.
Moreno, toda una etapa en la vida de los sardos en los años sesenta y setenta, asados al saco familias de todas los pueblos linderos, campeonatos de “murra”, mete goles, la elección de la reina de la Primavera o Miss Cerdeña y por que no los primeros amores entre los hijos de estos emigrantes que bailaban al ritmo de sus danzas.
Inolvidable juegos de jardín y un nogal que llenaba los sacos o las bolsas que también sabían compartir lo mucho o poco de la cosecha de estas famosas nueces que todos comimos de niños alguna vez.
En el año 1967, Sardi Uniti, nuevamente engrosa su patrimonio, recibiendo de Don Gavino Tavera, su herencia de una casona antigua en el corazón de Buenos Aires. Don Gavino no tenía herederos y es por eso que vende por una suma inferior al valor real, la casona donde a partir de ese momento pasó a ser la sede de la Institución. La comisión directiva de ese entonces, decide la venta de dos lotes de terreno. La suma obtenida por dicha venta, igual a $600.000, alcanzó para pagar gran parte de la suma requerida por Gavino Tavera, por la casona de Caballito. El resto del dinero fue obtenido por las donaciones de varios sardos de aquella época. Pietro Pintus, Cosimo Tavera, Giovanni Mongiu, Fausto Falchi, Gavino Ponti entre otros, iniciaron la colecta entre los asociados, solicitando $20 por familia, hasta lograr recaudar el importe faltante para la compra de la sede, que eran $150.000 de aquella época.
Ubicada la misma en la Calle Mendez de Andes, en el prestigioso Barrio de Caballito centro geográfico de la ciudad, poblado de caseríos bajos y construcciones elegantes, obligó también reestructurar y modernizar la sede social que hoy cuenta con el estatus de “Sede de Prestigio con todo lo que eso implica”.
Paradójicamente esta casa esta a metros del templo de nuestra señora de los Buenos Aires, llamada en Cerdeña Madonna di Bonaria, patrona de Cerdeña y virgen a la cual Buenos Aires, debe su nombre.
Sardi Uniti Buenos Aires, lugar de tertulias, gratos momentos y de semillero de las nuevas generaciones, también fue entre tantas situaciones, el único espacio en donde en la etapa negra de Argentina, no se irrumpía la posibilidad de elegir a los representantes que la administren, no solo en Sardi Uniti sino en muchas asociaciones italianas el ejercicio de la libertad, era el único lugar en el territorio en donde ese derecho no se había violado .
Cuenta la historia, que en una oportunidad, fuerzas de seguridad del estado , irrumpieron en la sede social por denuncias, que aseguraban se escondían en sus muros terroristas y al realizarse el allanamiento respectivo, se encontraron con unos pobres hombres , mujeres y chicos , sin techo que buscaban un lugar para dormir, lo cual suma una anécdota mas a esta historia que hoy tiene el desafió de continuar creciendo en paginas y testimonios .
Pasaron más de setenta años y la misma fuerza que identifica este pueblo hoy refleja en sus hijos y nietos la continuidad cultural y la defensa de estos valores que hacen posible un futuro merecido.
Hoy los tiempos han cambiado, y las nuevas generaciones viven su sardidad desde otro lugar. Ya no existe el sufrimiento por la nostalgia de haber dejado la tierra de nacimiento. En cambio se vive la sardidad con ese sentimiento de pertenencia que hace que los descendientes de aquellos sardos fundadores de la primer institución sarda organizada fuera de la Isla, abran sus puertas a toda la colectividad italiana y a la comunidad argentina en general, para dar a conocer sus tradiciones, su música, su historia, en fin, la cultura sarda en general. Una cultura milenaria que hoy sigue viva gracias a los distintos círculos sardos existentes en la Argentina y en el mundo.